Hoy en día, utilizar de manera eficiente los recursos energéticos en los espacios laborales está vinculado con aspectos económicos y de consumo responsable, objetivos que puedes alcanzar fácilmente al poner en práctica acciones simples que permiten optimizar el consumo energético en la oficina, haciendo que tus procesos sean sostenibles y que además ahorres en la factura.
Bien sea que tengas una empresa, oficina o que seas autónomo, involucrarse activamente en el cambio de patrones de consumo de energía eléctrica, te hará obtener las siguientes ventajas:
Todas las oficinas, tienen necesidades energéticas comunes en cuanto a iluminación, equipos automatizados y la climatización, para los cuales una eficiente gestión energética facilita reducir el consumo de electricidad.
Para que pongas en práctica sencillas pero contundentes acciones que te harán optimizar el consumo de la energía en tu espacio laboral, te dejamos las siguientes recomendaciones:
Es la base de todo plan de ahorro energético, pues las áreas de trabajo no son iguales en cuanto a las necesidades de consumo mínimo para funcionar a cabalidad. Las características de las empresas son individuales, pero generalmente, esto dependerá del número de empleados, actividad que desarrollan, dimensión estructural, clima, equipos que utilizan o el horario laboral.
El anterior análisis permite identificar las áreas donde hay mayor desperdicio, así como verificar si la potencia contratada y la tarifa de luz aplicada es la más conveniente, ayudándote a implementar medidas de ahorro energético reales, según la actividad de la oficina o cambiar de compañía suplidora de electricidad.
Otra acción es apagar completamente los aparatos y equipos de oficina, prefiriendo utilizar las regletas stand- by, así como priorizar la comunicación digital, minimizando el máximo el uso del papel en impresiones.
En algunos espacios de oficina la iluminación artificial es utilizada de manera poco eficiente desde el punto de vista del ahorro energético. En estos ambientes lo más aconsejable es utilizar sistemas que utilicen lámparas LED, que ahorran hasta el 70% en los costes de energía y además tienen mayor vida útil. Y por supuesto aprovechar la luz a natural, evitando encender los focos cuando no es necesario.
Par ver cambios importantes en la facturación eléctrica de la oficina, reemplaza los equipos por dispositivos eléctricos con tengan la mejor eficiencia eléctrica (están identificados con color verde y la letra A). Otra buena opción son los sistemas de energía renovable, como los paneles solares.
Exceder la temperatura en dos o tres grados no parece muy importante, pero, esto se reflejará directamente en la factura de la luz. Para generar un considerable ahorro lumínico, se debe establecer en la calefacción o el aire acondicionado, temperaturas entre los 21-23 grados en invierno y de 24 -25 grados en verano.
La responsabilidad en el uso de los recursos energéticos implica el compromiso y el aporte de todo el equipo de trabajo. Comienza por mantener apagadas las luces cuando las oficinas están inactivas. Si el espacio de trabajo es muy grande o dividido, implementa instalar sensores de movimiento, especialmente útiles en baños, comedores, depósitos o pasillos.
Aplicar conceptos que impliquen optimizar el consumo energético en la oficina es sencillo cuando el incentivo es conocido y aplicado por todos, siendo capaces de transformar el ambiente laboral en espacios donde se conjugan la sostenibilidad y la productividad.